ANADig: Los diez mandamientos para el Modelo Agroindustrial del Bicentenario

martes, 8 de mayo de 2012

Los diez mandamientos para el Modelo Agroindustrial del Bicentenario



Por Javier Preciado Patiño

Hay un elemento que puede ser indicador de los tiempos que vive la Argentina en su relación con el mundo y esto tiene que ver con los términos de intercambio. Este concepto refiere a cómo evolucionan los precios de las exportaciones de un país, respecto de las importaciones.

Tradicionalmente, en el Siglo XX la evolución de los mismos fue negativa. Es decir, mientras nuestras exportaciones tendían a decaer en precios, las importaciones evolucionaban en dirección contraria, haciendo que el poder de compra de los productos argentinos de exportación se deteriorara a lo largo del tiempo. Sin embargo, hoy algo ha cambiado.

Si se toma 1993 como base 100, resulta que los términos de intercambio se mantienen sin grandes variaciones hasta 2002, cuando empiezan a evolucionar positivamente hastaalcanzar un índice de 149 en 2011. Esto puede responder a múltiples factores, como ser el aumento de los precios de los commodities, una mayor participación de productos industrializados en las exportaciones, el abaratamiento de los productos importados o su sustitución.

Pero lo relevante acá es que hay un cambio de tendencia que nos favorece y que podemos capitalizar promoviendo la industrialización de las materias primas agrícolas para incrementar la riqueza del país. Este modelo que suma campo e industria, consumo interno y exportación, mercado y Estado puede denominarse Modelo Agroindustrial del Bicentenario.

A modo de decálogo, podríamos citar diez mandamientos para su consolidación:

1.- Producir más. Elevar la producción de materias primas como base para el crecimiento. En el caso de la agricultura extensiva, llegar a las 160 millones de toneladas en 2020, con un portfolio más diversificado, en particular hacia el lado de los cereales.

2.- Procesar más. Fortalecer e incentivar toda actividad transformadora de las materias primas, con el objetivo de agregar valor y generar empleo. Alargar la participación nacional en la cadena tanto como sea posible.

3.- Diversificación. Impulso a las producciones extrapampeanas y a las alternativas, buscando el desarrollo armónico del territorio.

4.- Sustentabilidad social. Sostenimiento de los actores económico sociales actuales y promoción del ingreso de otros nuevos. Promoción del asociativismo y conformación de redes colaborativas.

5.- Integración vertical. Promoción de la participación del productor primario en procesos industriales, con el objeto de incrementar su renta en la cadena agroalimentaria.

6.- Financiamiento. Rol del Estado en la implementación de herramientas de apoyo financiero para capital de inversión, priorizando agregado de valor, generación de empleo y exportaciones.

7.- Sustitución de importaciones. Promoción de la producción nacional de insumos y bienes de capital necesarios para los procesos de producción primaria e industrial.

8.- Desarrollo local científico tecnológico. Articulación público privada para el desarrollo de soluciones agroindustriales para problemáticas no satisfechas.

9.- Vigoroso mercado interno. Políticas favorables al consumo de los argentinos, para sostener un mercado interno en equilibrio con la exportación.

10.- Agresiva política comercial externa. Potenciar los vínculos comerciales con los países demandantes de alimentos, en particular en Asia, África y Sudamérica.

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